martes, 5 de junio de 2018

Misma mierda, diferente año


"El Rey tiene una cita en la plaza del pueblo, una soga al cuello y que le caiga el peso de la ley"

Esta frase es una de las 87 que la Audiencia Nazional (no, no es una falta ortográfica) tuvo en cuenta a la hora de penalizar al rapero Valtonyc con nada más y nada menos que tres años y medio de prisión.
Más recientemente, el siguiente en sufrir esta escalada de censura, ha sido el más que conocido exvocalista de "La Polla Records", Evaristo Páramos. El motivo es el mismo (sus letras), pero hay que sumarle un dato que no hace sino alarmarme todavía más: este hombre lleva toda una vida -más de 30 años- con el mismo mensaje.
El hecho de que sea ahora el momento escogido por la guardia civil para denunciarle, debería decirnos algo, encender esa pequeña luz roja de alarma que todos llevamos dentro, y darnos cuenta de que ahora más que nunca, la libertad de expresión del español medio -ya sabeis, aquel que no es rico ni influyente- está en peligro de extinción.

"Vete a Corea del Norte a ver si allí tienes más libertad de expresión" argumentaría el cuñado medio español. "En Venezuela ya te habrían fusilao, unga unga" esgrimiría su compañero de aventuras.

Pues bien, a estos simpáticos ciudadanos de provecho, les contaré una historia:

Había una vez en España, un hombre (cuya identidad guardaré en secreto por ahora) que decidió arremeter de forma muy poética contra la guardia civil, con los siguientes versos:

"Tienen, por eso no lloran,
de plomo las calaveras.
Con el alma de charol
vienen por la carretera.
Jorobados y nocturnos,
por donde animan ordenan
silencios de goma oscura
y miedos de fina arena.
Pasan, si quieren pasar,
y ocultan en la cabeza
una vaga astronomía
de pistolas inconcretas" 


No es muy difícil averiguar cual fue el destino de dicho poeta en esta España caracterizada por su gran permisividad; fue detenido y procesado por aquellos a los que criticó unicamente a través del poder de la pluma.
Este hombre, damas y caballeros, fue conocido como Federico García Lorca, y desgraciadamente todos conocemos su final. Fue fusilado por los grises en el año 1936, con tan solo 38 años, por motivos como su bella rebeldía y su condición sexual.

Misma mierda, diferente año.

Ahora bien, no quiero alarmar a la lectora/lector. No pretendo comparar a Lorca con Valtonyc o Evaristo, pero si pretendo hacer que se reflexione sobre esta situación en la que nos encontramos. En este país se sigue persiguiendo y encarcelando a todas aquellas personas que alzan la voz en contra de lo establecido. Seguimos anclados en un sistema con pinceladas -por no decir brochazos- fascistas, y lo mejor es que se sigue negando en las altas cupulas políticas, y por todos aquellos que buscan perpetuar el régimen.

Es hora de decir basta.
La libertad de expresión no es un delito.
Lo es solo para aquellos que no quieren que alcemos la voz.
Por Lorca, y por todos aquellos cuyas voces ya no pueden ser oidas, seamos el grito de la libertad.