domingo, 21 de julio de 2019

Esclavo de tu religión

Juré en mano tu biblia, ya que alguien como tú solo podia ser divino, perteneciente a este mundo solo en apariencia.
Como Moisés, rechacé los falsos ídolos, todas mis creencias, quemé los antiguos templos y dejé atrás cualquier religión que no te venerara a ti.
Al igual que Mahoma, me convertí en tu profeta y grité a los cuatros vientos, para mí y para el mundo, que la única verdad eras tú, llamando desgraciados a todos los que lo negaran.
Por el camino me perdí a mi mismo, cegado por ti, la octava y más bella de las maravillas. Pero cuando descubrí que incluso las mejores obras tienen grietas, ya estaba tan loco por ti como Van Gogh.
Comencé a negarte como Pedro, hui de ti como los judios de Egipto, me exilié al desierto como Cristo, para no caer en la tentación. De nada sirvió.
Te declaré la guerra creyéndome Roma, y al final ardí como ella.
Ahora, como en Pompeya, solo quedan las cenizas. Sigo esperando resurgir como el Fénix, volar lejos de tí como Ícaro, pero sigo muriendo todos los dias castigado, como Prometeo.
Juré en mano tu biblia... pero como Nietzsche, para mi, Dios ha muerto.