No sé cuantas vidas he vivido ya,
y cuantas me quedarán por vivir.
Cuales fueron más reales, cuales
lo fueron menos.
Tampoco sé si la mascara de mañana
me quedará mejor que la que llevo hoy.
Si cuando me despierte tocará reír
o llorar. Eso con suerte; si no he dormido, no tengo de qué despertarme.
¿Seré capaz hoy de contar mis
bendiciones o solo mis desgracias?
¿Me sentiré feliz en la derrota o
triste con lo que he ganado?
¿Qué reflejo me devolverá la
mirada en el espejo? ¿Me atreveré a mirarme siquiera?
¿En qué Dios creeré hoy?
¿Payaso o insustancial?
¿Euforia o disforia?
¿Héctor o Aquiles?
¿Bufón o tipo serio?
¿Dormiré o pasaré la noche en vela?
Algunos días lo encuentro muy
gracioso. Otros días me hunde en la miseria.
Nunca puedo estar en medio.
Y al final, lo único que sé, es
que no sé qué tocará hoy.